Estrelicia

Tentar, es intentar desviar. Lo contrario de la vocación, que es un llamado a conducirnos recto hacia nuestro propio destino. La vocación es una voz que busca la claridad, un grito que quiere vencer nuestra habilidad de “mejor sordo”. La tentación, en cambio, es súbdola, desliza su secreto en la oscuridad, susurra sus sugestiones en recónditos rincones de la conciencia. 
La vocación apunta a lo más alto del humano espíritu, mientras la tentación vaga por el pantano de los sentidos. Sin embargo, ambas tienen en común la insistencia. El Bien llama y el Mal tienta. Los dos son incansables en su labor, que se inicia cada mañana en todas las ventanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario